martes, 22 de abril de 2014

Temas y...los pobres ricos, ricos pobres

“Es que los pobres no saben qué hacer cuando se vuelven ricos”.
Esa sería la moraleja de la película La Perla que estelarizó Pedro Armandáriz padre, en la década de los 40´s y de la que se filmó aquí en La Paz una versión más reciente  y con actores nacionales y del vecino país del norte.
Esa película está basada en la obra homónima literaria de John Steinback un escritor norteamericano que alcanzó cierta notoriedad con sus novelas.
La trama de la película gira en torno a una enorme perla natural que se encuentra en el mar el protagonista principal.
Toda una serie de calamidades parecen acompañar esa aparente buena suerte de encontrarse la perla, pues hasta el hijo muere de un piquete de alacrán.
Pero ¿es cierto que los pobres no saben qué hacer cuando se vuelven ricos?
Tal vez la expresión se circunscriba a los que se vuelven ricos de repente.
Como aquellos que se sacan la lotería, ganan dinero a raudales en alguna profesión u oficio, como el de boxeador.
Porque hay una gran cantidad de personajes que lograron convertirse en millonarios o multimillonarios a base de esfuerzos de toda su vida.
Como el caso del griego-argentino Aristóteles Onassis quien allá en su tierra natal, Argentina, empezó a hacer fortuna recogiendo colillas de cigarros.
Con el tiempo se convirtió, en su época, en uno de los hombres más ricos y quien llegó, incluso, a casarse con la viuda de John F. Kennedy, Jacqueline Bouvier.
Y como ese, hay muchos otros ejemplos.
El más reciente, el de Bill Gates el magnate creador de la empresa Microsoft y quien ha estado ubicado los últimos años en los primeros lugares de la lista de los más ricos del mundo.
Pero también ha habido grandes tragedias de personajes que acumularon mucho dinero, pero lo dilapidaron.
Eso ha sido muy común aquí en México con los boxeadores.
Uno de los más conocidos fue el caso de Rubén El Púas Olivares.
Pero hay uno que llegó a los extremos:
Ricardo el Pajarito Moreno.
Fue una ídolo del boxeo mexicanos en la década de los 50’s y 60’s que ganó cantidades industriales de dinero y de repente su vida de casi un menesteroso cambió a la de un destacado hombre rico.
Se dio todos los lujos: un automóvil Cadillac convertible, una casa en la mejor zona residencial del DF, mujeres de la vida galante, etcétera.
Cuando era jovencito a veces ni comía porque no tenía con que comprar la comida.
Al morir, a punto estuvieron de enterrarlo en la fosa común.
Sí, en esa en la que se entierra a los desconocidos.
Otro caso parecido sería del famoso comeorejas, Mike Tyson.
Julio César Chávez llevaba ese mismo destino, pero logró detenerse a tiempo y hoy tiene una cadena de gasolineras en su natal Culiacán y otras partes de Sinaloa y Sonora e incluso aquí en La Paz y Los Cabos.
En este mismo espacio hablé alguna vez de Ramón Cosío Núñez quien de repente dejó de ser un pobre empleado público para convertirse en el feliz poseedor de una fortuna que en su momento casi llegaba a los 10 mil millones de los viejos pesos.
Pero en menos de una década volvió a ser el de siempre pues despilfarró su fortuna, dándole la razón a John Steinbeck de que los pobres cuando se vuelven ricos, no saben qué hacer.
¿No cree usted?
La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx


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